viernes, 22 de abril de 2011

el viernes santo sin ntro.padre jesús nazareno

Nuestro Padre Jesús Nazareno no saldrá a las calles de Marchena

Siendo las 6:02 horas del Viernes Santo 22 de abril de 2011, el Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, San Juan Evangelista y María Santísima de las Lágrimas, Juan José Fernández Segovia, se ha dirigido a los hermanos, fieles y presentes en el templo de San Miguel para comunicarles que no se realizará Estación de Penitencia debido a las fuertes lluvias. Ni los más viejos del lugar recordaban este acontecimiento. Quienes lo deseen pueden asistir al templo, ya que la Hermandad abre las puertas al público desde las 7:00 horas.

Es increíble, pero es cierto. No hay persona viva, al menos de quienes estaban esta mañana en la Iglesia de San Miguel, que recordara no haber visto en las calles en Viernes Santo a Nuestro Padre Jesús Nazareno, que se queda ante el desapacible día que se avecina y la noche de fuertes lluvias, recogido en su templo junto a San Juan Evangelista y María Santísima de las Lágrimas.
A los tiempos de la guerra nos tendríamos que remontar según testimonios orales para marcar en el tiempo la última vez que se quedó Marchena sin su mañana de Viernes Santo, ya que desgraciadamente los Viernes noche con el cielo ennegrecido de Santo Domingo han impedido en no pocas ocasiones la salida del Cristo de San Pedro y María Santísima de las Angustias, así como de cada una de las hermandades marcheneras en varias ocasiones aproximadamente de media una cada cinco años o a lo sumo cada década.
Precisamente esta noche el Cristo de San Pedro podría quedarse también sin salir, debido a que entre las 18:00 y más de las 20:00 horas se anuncian precipitaciones de 0,7 litros por metro cuadrado cada hora, si bien de las 21:00 en adelante serían sólo de 0,1 litros por metro cuadrado, mientras que para el Sábado Santo, igualmente apuntan las predicciones lluvias para todo el día abarcando las precipitaciones el tramo de horario de 18:00 a algo más de 20:00 horas del recorrido de la Soledad, si bien a partir de esa hora pararían las precipitaciones que se vinen sucediendo durante toda la semana.
Esta noche, sin lugar a dudas, es para Marchena una noche de sonido incesante de la lluvia en el silencio de la oscuridad de sus casas y en el desvelo permanente de un Viernes Santo, es una noche en la que a las 3:00 y a las 5:45 horas, precisamente 15 minutos antes de la salida de Jesús finalmente frustrada, han caído dos trombas de agua que han desencadenado los paraguas del público que se concentraba en torno a la Iglesia, no mucho debido a que se temía lo peor desde hacía varios días.
Dentro del templo, hermanos, nazarenos, costaleros actuaban desde la prudencia pero con la ilusión viva, ya que en la historia nadie tiene constancia de que la hermandad se haya quedado sin salir.
A lo sumo, en alguna ocasión retrasó la salida a las 8:30 horas hace varios años, o la propia salida del Mandato en 2009 a las 12:00 de la mañana, o cogió calle Santa Clara abajo a gran velocidad para escapar de las lluvias del final de recorrido. Es lo que nos viene a la memoria, pero nunca que Jesús se quedara sin salir un minuto a las calles.
Y ha sido en este 2011 en una decisión que se ha contenido hasta el último minuto, y que se ha escuchado en voz de Juan José Fernández Segovia, acompañado por los miembros de la Junta de Gobierno: "Hemos visto las predicciones durante toda la noche y no varían, sigue habiendo el mismo riesgo", señalaba en el altar de San Miguel el Hermano Mayor.
"Pensando en el valor del patrimonio y en todos los niños" que desfilan en procesión "esta Junta de Gobierno ha decidido que no se realizará la Estación de Penitencia".
La decisión era acogida por la gran cantidad de personas que desde primera hora se agolpaban en el interior del templo sin que cupiera un alfiler, con la serenidad y la emoción contenida a la altura de la Hermandad.
Posteriormente, se llevó a cabo el rezo de un Vía Crucis y se desencadenaron algunas lágrimas y un dolor resquebrajado de saetas que volaron hacia la imagen del Nazareno, con un dolor y un quejío desde adultos a jóvenes y a una persona mayor que hizo el silencio el templo de forma magistral hasta que su voz ya no pudo más, porque el Señor de Marchena se quedaba en su casa.

Con la túnica morada, sencilla, la estampa de cientos de casas, con la calidez de una cadena de saetas que se han escuchado cuando más le hacía falta a Jesús Nazareno y a los cientos de fieles que incondicionales se presentaron preparados para un Viernes Santo más, que aunque en sus fueros internos no lo conciban en estos momentos de desazón así, lo han vivido y lo han sentido desde  la sencillez de una Semana Santa en el ruido sordo de la noche de misterios de San Miguel, puertas adentro, se ha demostrado el verdadero sentido y profundidad de un Viernes Santo que parece que en este 2011 no fue, pero que siempre será, porque todo lo que tiene corazón es, y el corazón se dejaron en él los hermanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario