lunes, 3 de octubre de 2011

El silencio del barrio de San Juan abrió paso a San Francisco de Asís

En una noche espléndida donde las haya, de ligera brisa y temperatura reconfortante para los cuerpos y para las almas, la imagen de San Francisco de Asís, estrechamente ligado a la hermandad de la Vera Cruz, recorrió las calles de San Juan bajo la atenta mirada de los fieles y de la luna creciente.


La salida tuvo lugar después de la Misa en San Francisco. Fue a las 20:50 horas bajo los repiques de campana y la Marcha Real interpretada por la Banda de cornetas y tambores de María Santísima de la Palma, con músicos muy jóvenes en primera fila anunciando cantera a la vista, cantera inagotable de músicos.


Recorrió San Francisco la calle que lleva su nombre, Obispo Salvador Gallardo dejando constancia de su sombra en las paredes, Cristóbal Colón, Padre  Marchena de cancelas y fachadas blancas, Siete Revueltas en la intimidad del silencio, se refugió en la silueta de la calle Carreras, Jamalla y vuelta a San Francisco.
 
En todo el momento estuvo el Santo, crucifijo en mano, estuvo custodiado por los 16 jóvenes que lo llevaron, cantera de costaleros de la hermandad de la Vera Cruz y con los capataces Ricardo Labella y José Romero.
La imagen de San Francisco, talla de madera de cedro del Siglo XVIII, de autor desconocido, es perteneciente en aquel tiempo al convento de franciscano, con cuya Orden la Hermandad de la Veracruz ha mantenido siempre lazos de amistad y colaboración, que fueron sellados en 2010 con la firma de la carta de confraternidad entre ambas entidades. Confraternidad que deja su huella en las calles cada primero de octubre como anoche así sucedió.

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